miércoles, 23 de diciembre de 2009

conjetura

“Comunidad significa presencia, no una institución. Hemos confiado excesivamente en la capacidad de sustituir La realidad de la presencia por su institución y ello es algo que, pura y simplemente, no puede conducir a nada”.


Thomas Merton.






" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"

Samuel Ruiz

LA ESCASEZ DE SACERDOTES: ¿POR QUÉ?

Por José María castillo

El cardenal Rouco se ha quejado de la escasez creciente de sacerdotes para atender las parroquias. Y es verdad. Cada año hay más parroquias sin párroco. Y cada año los párrocos tienen más años. Hace tiempo, un jesuita francés me dijo que él era párroco de 40 parroquias en una diócesis de Francia. ¿Cómo puede un cura atender a 40 pueblos? Y sobre todo, ¿tiene derecho la autoridad eclesiástica para organizar las cosas de forma que los fieles cristianos se vean privados de la predicación, la catequesis y los sacramentos?

Se dirá que eso no depende de la autoridad eclesiástica, sino de la falta de fe y de generosidad de los jóvenes actuales, que se dejan seducir por intereses mundanos, en lugar de estar atentos a la llamada del Señor.

jueves, 17 de diciembre de 2009

EL PROFESOR J. RATZINGER Y LA REFORMA DEL PAPADO


Por josé maría castillo
Hay católicos que se escandalizan o se sienten mal por lo que ayer mismo dije apoyando la iniciativa del papa Benedicto XVI con vistas a una futura reforma del papado. En 1969, el papa actual, cuando era el Profesor Joseph Ratzinger, en la Universidad de Tubinga, publicó un libro importante, titulado El nuevo Pueblo de Dios, que en 2005 ha sido reeditado por Herder. Por más que no estoy de acuerdo con el título de este libro, me parece conveniente recordar algo que el actual papa decía en él. En la pg. 151 de este libro, Ratzinger no tuvo reparo en copiar lo que en el s. XII escribió el obispo Nicetas de Nicomedia. Un texto que Ratzinger calificaba entonces como una intervención "de forma grandiosa".
Dice así, entre otras cosas: "Nosotros no discordamos en la misma fe católica de la Iglesia romana; sin embargo, como quiera que en estos tiempos no celebramos concilios con ella; ¿cómo vamos a aceptar sus decretos que se dan sin nuestro consejo y hasta sin nuestro conocimiento? Porque si el romano pontífice, sentado en el alto trono de su gloria, quiere tronar contra nosotros y desde su alto puesto dispararnos, por decirlo así, sus decretos y juzga no por nuestro consejo, sino por su beneplácito y propio arbitrio, de nosotros y de nuestras Iglesias y hasta impera sobre ellas; ¿qué fraternidad y hasta qué paternidad puede ser ésa? ¿Quién puede aguantar eso con humildad? En tal caso podríamos llamarnos y ser verdaderos esclavos y no hijos de la Iglesia". Si el teólogo Ratzinger calificaba de "grandioso" este texto, hace cuarenta años, ¿es que ahora ya no lo es? ¿es que ahora las Iglesias separadas de la comunión con Roma son consultadas, acogidas y tratadas de forma distinta a como, ya hace tantos siglos, se quejaba este obispo de la actual Estambul? Sin duda alguna, Benedicto XVI quiere ser coherente y fiel con lo que pensaba el Profesor Ratzinger. En lugar de escandalizarnos, lo mejor que podemos hacer es ayudarle a que ponga en práctica, cuanto antes, sus deseos. Una Iglesia unida es la única Iglesia que puede ser fiel al Evangelio de Jesús.





" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"

Samuel Ruiz

EL PAPA QUIERE REFORMAR EL PAPADO

EL PAPA QUIERE REFORMAR EL PAPADO

Por: José María castillo

Benedicto XVI ha anunciado que tiene la firme intención de estudiar las formas necesarias para acometer una reforma, en orden a que el ministerio del Obispo de Roma "pueda realizar su servicio de amor reconocido por todos". Así lo ha dicho el papa al Patriarca de Constantinopla (Estambul), Bartolomé I, en un documento que el Vaticano ha enviado al Patriarca ayer mismo, fiesta de San Andrés, patrono del patriarcado ortodoxo. Esta noticia es de una importancia excepcional. Porque, si es que efectivamente el Vaticano está dispuesto a llevar adelante lo que dice, eso supondrá afrontar en serio una auténtica reforma del papado, tal como actualmente está organizado y tal como funciona. Para hacerse una idea de la importancia de esta decisión, es necesario tener en cuenta dos cosas: 1) El mayor obstáculo que hay ahora mismo, para lograr la unión de los cristianos, no es la teología de los ortodoxos o de los protestantes, sino la actual organización del papado. 2) Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI se han dado cuenta de la gravedad de este problema. Por eso han pedido ayuda a obispos y teólogos para encontrar nuevas formas de ejercer el ministerio del Obispo de Roma. Se trata, pues, de que el papado no siga siendo un impedimento para que los cristianos vivamos unidos. La unión de los cristianos fue la aspiración suprema de Jesús (Jn 17, 11-26). El problema está en saber qué decisiones tendría que tomar el papado para que ortodoxos y protestantes se unan con los católicos. No es posible, en el reducido espacio de esta reflexión, decir todo lo que habría que explicar sobre un asunto tan complejo como éste. En todo caso, hay una decisión, enteramente indispensable, que tendría que ser la primera medida que el Vaticano tendría que tomar.