lunes, 27 de junio de 2011

Carta al Cardenal Claudio Hummes




Emmo. Sr. Cardenal Claudio Hummes, Arzobispo Emérito de São Paulo
Prefecto de la Congregación para el Clero
Agradezco la invitación que Ud. está haciendo a mi persona junto con todos los presbíteros en la Iglesia para participar en una concentración masiva de sacerdotes en Roma para los días 9, 10 y 11 del próximo junio para concluir el Año Sacerdotal; con todo respeto, quiero exponerle las siguientes consideraciones.

Mis ingresos como sacerdote, no me permiten, de ninguna forma, hacer un gasto tan dispendioso; no se cómo otros lo pueden hacer pero se que al fin y al cabo, de una o de otra manera “Dios provee” para los que si estén dispuestos a asistir.

Por otra parte, la Iglesia no se mueve por masas y números sino por la dignidad de una vida recta, por lo que el Santo Padre podría enfrentar él solo “los injustos ataques de los que es víctima” si es que sabe que nos tiene de su lado, aunque no estoy seguro que sea así por los argumentos que expongo a continuación:

1o. La jerarquía desde una posición de poder pensó que podría manejar atropellos que no sólo eran de competencia eclesiástica sino del ámbito jurídico-penal en los diversos pueblos y Estados donde la Iglesia se encuentra inserta. Es necesario modificar esa actitud equivocada de poder, reconocer los hechos y hacer lo conducente para resarcir el daño dentro del ámbito propio en cada uno de los Estados que lo están requiriendo respetando las autoridades constituidas, de otra manera, la Iglesia no será creíble.