miércoles, 20 de octubre de 2010

"Le pido a Dios que me libre de Dios"

Por José maría castillo

Esto es lo que le pedía a Dios el Maestro Eckhard, uno de los místicos más grandes que ha tenido la Iglesia en su larga historia. Este hombre, que nació en 1260 (Hochheim - Alemania) y murió en 1327 (Avignon - Francia), fue un dominico que ocupó cargos de gobierno y enseñanza en su Orden Religiosa y en la Universidad de Paris. En 1326, el arzobispo de Colonia inició un proceso contra las enseñanzas de Eckhard en sus sermones. El asunto llegó al papa Juan XXII, que residía en Avignon. Pero el místico dominico se sometió, de antemano, a la decisión que pudiera tomar el Pontífice. Eckhard viajó a Avignon para defenderse ante el papa, pero antes de poder presentar su defensa, murió inesperadamente.

No pretendo aquí exponer la doctrina del Maestro Eckhard, enseñanza compleja y no siempre fácil de interpretar, que se basa en el más hondo radicalismo evangélico, en ideas filosóficas que tienen su origen en Plotino, y en la "Guía de Descarriados", de Maimónides. Como es lógico, todo esto no cabe en el post de un blog tan sencillo como éste. Dicho esto, lo que hoy quiero plantear es que el tema de Dios, que tendría que servir para unirnos a los humanos, con frecuencia sirve para todo lo contrario. Porque es un hecho que a Dios en sí mismo nadie lo ha visto ni lo puede ver (Jn 1, 18). Por eso cada pueblo, cada cultura, cada religión, cada grupo humano y cada individuo "se lo representa" como puede. O quizás como a cada cual le conviene o le interesa.

La fe: ¿ideología, decisión o convicción?

Por jose maría castillo
Como es sabido, después de casi quinientos años de controversias y enfrentamientos, se ha llegado a un acuerdo entre católicos y protestantes en lo que se refiere a la justificación por la fe. Hoy estamos de acuerdo en que una fe, que no se traduce en un comportamiento coherente con esa fe, no es verdadera fe. Una fe sin obras, sería una fe muerta. El problema está en saber qué clase de conducta es que debe ser la correcta manifestación de que una persona tiene fe. La fe que corresponde a un cristiano.
No es posible analizar aquí este asunto en toda su hondura. Me limito a indicar tres posibilidades: la fe como "ideología", la fe como "decisión", la fe como "convicción". 1) La "ideología" evoca espontáneamente un sistema de ideas que sirve para explicar o para justificar la situación y los objetivos de un grupo. Por eso hablamos de ideologías de izquierdas o de derechas, de ideologías progresistas o conservadoras, etc. 2) La "decisión" es un acto de la voluntad, que, por más sincero y firme que sea, siempre está expuesto a la labilidad y la inconstancia que nos caracterizan a los mortales. Por eso hay tanta gente que hace buenos propósitos, toma firmes decisiones, pero luego no cumple lo que ha decidido. 3) La "convicción" se define por el hecho de que orientamos nuestro comportamiento conforme a ella. Quien mejor ha explicado este asunto ha sido Ch. S. Peirce: "La convicción consiste principalmente en el hecho de que está uno dispuesto reflexivamente a dejarse guiar en su actividad por la fórmula de la que está convencido". O también: "La esencia de la convicción consiste en el establecimiento de una forma de comportamiento". De ahí que "las convicciones verdaderas definen los hábitos de comportamiento que el sujeto tiene bajo control". En otras palabras: el que está convencido de una cosa, la hace. Y si no la hace, es que no tiene esa convicción.
De lo dicho, se sigue esto: 1) Las "ideologías" son inevitables, incluso necesarias, pero enteramente insuficientes. Hay gentes con ideología de izquierdas, que viven como los burgueses de derechas. Como hay personas y grupos con una ideología evangélica, pero les gusta el dinero, subir y trepar en la vida, estar como el perejil en todas las sopas, o sea viven de espaldas al Evangelio. 2) Las "decisiones" son importantes, pero son sólo el punto de partida. Hay gente que decide todos los días quitarse del tabaco, pero no se quita. Con la sola decisión, no vamos a ninguna parte. 3) Las "convicciones" son constitutivas de la fe. Porque una persona que está convencida de que el Evangelio expresa la voluntad de Dios, hace lo que dice el Evangelio. Y si no lo hace, es que no cree en el Evangelio.
Las ideologías nos engañan. Y el exceso de ideología, trastorna al que lleva esa sobrecarga de ideas, que no se corresponden con los hábitos de vida que expresan lo que es importante de verdad para una persona o para un grupo. La convicciones no engañan, sino que revelan en qué cosas cree de verdad cada uno. Hay gente que, por defender su ideología, se pelea con los que piensan de otra manera. Es evidente que quien tiene una ideología así, no puede creer en Jesús, que se hizo amigo de publicanos, pecadores, prostitutas, pordioseros y samaritanos.
No entiendo cómo, desde una cátedra dorada y solemne, se puede alabar la humildad y la pobreza de Jesús. No entiendo cómo, desde la izquierda política, se desprecia a la gente de derechas. Ni entiendo cómo, desde los ideales de la ortodoxia católica, se insulta a las personas que tienen otras ideas. Todo eso está feo. Pero hay algo peor: ir por la vida como hipócritas y embusteros, invocando para eso (porque es eso lo que se hace) el nombre del Señor. Sus razones debió tener Jesús para decirnos que, cuando recemos, lo primero que hay que pedir es: "santificado sea tu nombre". ¡Por favor!, no echemos nunca mano del nombre santo de Dios (o de la Iglesia o del papa...) para faltarle al respeto a quien sea.






" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

viernes, 23 de julio de 2010

ORDENAN SACERDOTE A UN HOMBRE CASADO

La reciente ordenación sacerdotal de un hombre casado y con hijos en la diócesis de Tenerife, celebrada por el obispo Felipe Fernández con gran aparato mediático, ha reabierto en la Iglesia romana el debate sobre el celibato de sus ministros de culto, que reclaman miles de curas y numerosos obispos, y que el Vaticano se resiste a conceder.
En España hay en torno a 6.000 sacerdotes casados a los que Roma niega el pan y la sal, pese a que ejercen de forma discreta en comunidades cristianas de base, con la vista gorda de sus prelados. En cambio, cientos de parroquias y miles de católicos están siendo atendidos ya por sacerdotes llegados del este europeo con sus mujeres e hijos, con el beneplácito de la Conferencia Episcopal.
Alegría, esperanza, incluso una cierta sensación de regodeo, convencidos de que el tiempo y el Vaticano les irán dando la razón. Éstas son algunas de las sensaciones con que los sacerdotes católicos casados que hay en España, unos 6.000 según el Movimiento por el Celibato Opcional (Moceop), han recibido la noticia de que el obispo de Tenerife, Felipe Fernández, ordenó cura el domingo pasado a un hombre casado y con dos hijas, nacido en Zimbabue hace 64 años y pastor allí de la Iglesia anglicana.
Pese a que el nuevo sacerdote, Evans D. Gliwitzki, dijo más tarde que "pasarán 100 años antes de que se admita el matrimonio sacerdotal", los curas casados sostienen que la ordenación de Gliwitzki en una diócesis española les reivindica. "Nos reivindica como curas católicos casados y, sobre todo, reivindica al Evangelio", subrayan.
Fue la Conferencia Episcopal quien invitó a Gliwitzki a venir a ordenarse a Tenerife después de que su caso fuese estudiado y autorizado por la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI.
"La agradable noticia de esta ordenación separa claramente el hecho de ser cura del hecho de estar casado o soltero, confirmando así lo que venimos proclamando: que es correcto, evangélico y urgente el ejercicio del ministerio de los curas católicos casados", declara el sacerdote Julio Pérez Pinillos.
Hijo de agricultores, Pinillos nació en 1941 en Espinosa de Cerrato (Palencia), es sacerdote desde los 23 años y fue durante tres un jovencísimo -y célibe- cura rural en tres aldeas de la Castilla profunda, que apenas sumaban los 430 habitantes, casi ninguno joven porque éstos habían emigrado a la gran ciudad.
Él también hizo la maleta, con el permiso episcopal, camino de una misión en África. Pero paró en Madrid, se hizo cura obrero en una multinacional sueca instalada en Vallecas, se metió en la lucha sindical clandestina, sufrió la reconversión -el despido- en la segunda oleada de la crisis industrial de la época y vivió la muerte del dictador Franco -20 de noviembre de 1975- en la cárcel de Carabanchel, donde había dado con sus huesos por repartir el boletín de la Juventud Obrera Católica (JOC).
El mítico cardenal Tarancón le había nombrado poco antes consiliario de esa combativa organización de jóvenes, primero en Vallecas y más tarde para toda la archidiócesis madrileña.
En aquella época, además de cura obrero y combatiente sindical, Pinillos ejercía el sacerdocio en una parroquia vallecana, bajo la atenta mirada del vicario de Tarancón para la zona, el obispo Alberto Iniesta. Cuando el cura Pinillos fue a contarle a este prelado que se había enamorado de Emilia Robles, una activa católica y militante sindical en la misma empresa, y que iban a casarse, Iniesta no les hizo reproche alguno. Sólo les pidió que no forzaran su presencia en las comunidades cristianas, que fueran pacientes.
Y así siguen: Julio se gana la vida como profesor en un colegio vallecano y dice misa y ayuda afanosa pero discretamente en una humilde parroquia de la zona regentada por otro cura obrero, y Emilia es una activa dirigente de una de las organizaciones más bulliciosas en el cristianismo de base madrileño. Tienen tres hijas: Ruth, de 25 años, que trabaja en Lisboa como psicóloga clínica; Noemí, de 20, y Tamar, de 17.
No son un caso aparte. Como Julio y Emilia hay en España miles de parejas, unas 6.400 con cifras del año 2000, ahora algunas menos porque muchos curas casados abandonan su lucha y han ido logrando de Roma la secularización plena, previa nulidad de su ordenación sacerdotal.
"Si pides que te borren de cura, si les reconoces que te equivocaste y solicitas la nulidad, Roma te contesta que sí, pero no hay respuesta, ninguna respuesta, para quienes queremos seguir siendo sacerdotes católicos aunque nos hayamos casado", explica uno de los afectados, que pide guardar su anonimato.
Su experiencia fue traumática, "nada parecido a como trataron a Pinillos, con la comprensión de su obispo y su permanencia en Vallecas, casi en la misma parroquia". Dice: "A mí me echaron de la diócesis [se refiere a Santander, ahora vive en Vizcaya], me hicieron la vida imposible por no querer reducirme al laicado y tuve que pedir ayuda hasta que mi mujer y yo encontramos trabajo fuera".
No guarda rencor: sigue siendo creyente, dice misa cada día, vive en una comunidad cristiana que le quiere y protege y tiene tres hijos -una chica y dos chicos, ya colocados-. Se alegra de que a los curas que se casan ahora "nadie les moleste como a perros sarnosos, y porque el obispo de Tenerife nos da la razón cuando ordena sacerdote a un hombre casado".
Se regodea en el argumento: "¿Qué justifica la excepción del padre Gliwitzki, cura católico casado, que no pueda justificar la mía, que soy también cura católico casado? ¿Acaso su matrimonio es un dato accesorio, y lo fundamental es que había sido pastor protestante? El hecho cierto es que en España los obispos, y al parecer el mismo papa Benedicto XVI y antes Juan Pablo II, que con tan poca caridad nos trató, aceptan que ejerza su ministerio un cura casado". Resume: "Lo que acaba de ocurrir en Tenerife me confirma en el Evangelio y llena de esperanza".

El obispo que ordenó a Gliwitzki, Felipe Fernández, se ha visto obligado a explicarse tras el revuelo causado: "Este caso no tiene absolutamente nada que ver con el de los sacerdotes secularizados tras contraer matrimonio". Sobre el celibato sentenció: "Con el papa Benedicto XVI no hay nada que hacer, y con el que venga, tampoco".
Pérez Pinillos no opina lo mismo. "Los curas casados somos 90.000, el 20% del total de sacerdotes católicos del mundo [450.000, según el Vaticano], y la ordenación del compañero padre Evans en Tenerife reconoce lo que venimos diciendo desde hace tantos años: que las comunidades cristianas, con muchos teólogos y algunos obispos, van dando por superada la discriminación de los curas católicos por el hecho de casarse. Y que se van dando pasos concretos, aunque no desafiantes, para reintegrar al trabajo ministerial a estos curas honestos".
Mientras tanto, los curas casados siguen ejerciendo el sacerdocio allí donde una comunidad cristiana les da cobijo, casi siempre con el consentimiento implícito de los obispos. Es el caso de Ramón Alario, dirigente del Movimiento por el Celibato Opcional (Moceop), que edita la revista Tiempo de hablar.
Ejerce en Guadalajara y se gana la vida como profesor de un instituto, con cuya directora se casó y tiene tres hijas. O Esteban Tabares, autor de un documentado libro sobre los curas obreros, casado con Inés y cura en una pequeña comunidad cristiana de Sevilla. Y Javier Fajardo, comprometido en la lucha sindical en el astillero de Puerto Real, casado de nuevo tras el doloroso fallecimiento de su primera mujer, Carmen.
Es el caso, sobre todo, de las decenas de curas llegados del Este europeo con sus mujeres e hijos para atender a los emigrantes, todos con el beneplácito del episcopado español, que nada ha podido hacer para impedirlo porque en la Iglesia católica oriental los curas pueden casarse desde siempre, si lo desean. La Conferencia Episcopal Española -que no facilitó a este periódico la cifra de estos sacerdotes llegados a España- hizo una discreta gestión para que vinieran, sobre todo, sacerdotes célibes, pero sus correligionarios del Este no les han podido complacer.
Hace tiempo que Tomás de Aquino cayó en desgracia en Roma por sostener que sin la experiencia del placer aquí abajo, el banquete celestial carecería de sentido. Aristotélico, el sabio de Aquino predicó que la meta de la vida es la felicidad, en una Iglesia enfrascada ya -Trento mediante- en el apagón cultural que supuso la Inquisición, la quema de Giordano Bruno, el proceso a Galileo y las persistentes execraciones de cada descubrimiento que favoreciera el bienestar de la humanidad. Como espetaron a Franklin cuando inventó el pararrayos: "Si Dios decide castigar al mundo, quién eres tú para impedírselo".
Hasta las reformas del Concilio Vaticano II, en los años sesenta del siglo pasado, la Iglesia romana representó el pecado en la mujer, un ser tentador, inquietante. Vestigios de san Agustín, que sin embargo había conocido a muchas y preñado a alguna antes de hacerse obispo de Hipona. Suya es la idea de la tentación insoportable. "Expulsad a las prostitutas, y toda la ciudad se verá sacudida por el libertinaje", dijo.
Lo curioso es que, hasta ese apagón inquisitorial, el sexo y el celibato eran asuntos sin importancia para los cristianos. Jesús se rodeó de mujeres y de apóstoles casados, y es abrumador el número de jerarcas, incluso famosos pontífices romanos, que tuvieron hijos. Enciclopedias serias sobre el acto sexual incluyen un modo coital denominado "la postura del misionero", en referencia a los clérigos que acompañaron a James Cook en la conquista de Samoa.
Por eso la imposición de la ley del celibato, ratificada por el Concilio de Letrán, en 1123, causó tanta conmoción e ira. La mitad de la Iglesia, llamada oriental, no asumió el mandato, y parecía que el Vaticano II, con Juan XXIII a la cabeza, iba a cancelarlo también en la Iglesia latina, dejando el celibato como una opción libre. Lo frustró la precipitada muerte del revolucionario pontífice.
Es entonces cuando empieza la sangría clerical en España, con más de 50.000 religiosos -entre curas, monjes y monjas- colgando los hábitos, con gran sobresalto en Roma. Entre los primeros estuvo Jesús Aguirre, futuro duque de Alba y autor del libro Sermones de España, de 1971. "La libertad no se da, se toma", dijo citando a Unamuno cuando decidió colgar la sotana. Se casó con la duquesa el 16 de enero de 1978. Le preguntaron entonces si se había reducido al laicado antes de dar el paso. "Yo no me reduzco; yo me extiendo al laicado", replicó Aguirre.

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

viernes, 2 de julio de 2010

TEOLOGÍA SIN CENSURA


Por José maría castillo

Jueves 1 de julio de 2010

¿UNA IGLESIA DE LAICOS?
Con frecuencia se habla de la crisis del clero: cada día hay menos sacerdotes, y los que van quedando, envejecen, se enferman....; además, las vocaciones descienden más y más. Otro tanto hay que decir de los religiosos y religiosas, de forma que las órdenes y congregaciones religiosas se van reduciendo y muchas de ellas están abocadas a desaparecer. Por otra parte, es comprensible que, en una situación de crisis como la actual, los clérigos que van quedando, resulta inevitable que, de día en día, se sientan menos motivados, con menos iniciativas y con menos fuerzas. Es ley de vida.

Pero, tal como están las cosas en la Iglesia, más que de crisis del clero, tendríamos que hablar de fracaso del clero. Porque el problema más serio no está en el "futuro del clero", sino en el "pasado de clero". Digo que el problema más serio está en el pasado del clero porque, en este momento, los países en los que secularmente ha habido más vocaciones, más sacerdotes, más religiosos/as, son ahora precisamente los países en los que la crisis del cristianismo es más profunda. Mientras que los países que, durante siglos, tenían que mantenerse gracias a los misioneros/as que, iban de los países de más larga tradición cristiana, son en este momento los países que tienen diócesis, parroquias y comunidades cristianas con más esperanzadora vitalidad. Por eso abundan las personas que están persuadidas de que el futuro del cristianismo está en los países que, hasta hace dos o tres décadas, eran los llamados "países de misión". Es decir, los países que necesitaban importar clero de Europa y de Estados Unidos.

jueves, 20 de mayo de 2010

Los obispos austríacos piden el celibato optativo y la comunión a divorciados



Los prelados solicitaron al Papa una nueva reflexión sobre la fe y la sexualidad. También reclaman que las mujeres tengan acceso a la liturgia. "En la Iglesia es justo que se discuta", afirmó el cardenal Cristoph Schoenborn.

Julio Algañaraz (Clarín)



Los obispos austríacos parecen decididos a poner a la Iglesia universal en estado de asamblea. Tras un encuentro en Mariazell con los consejos parroquiales, plantearon sus exigencias.


Quieren que el Papa ponga en discusión y acepte que los católicos divorciados vueltos a casarse por el civil, tengan acceso a los sacramentos. Que el celibato de los sacerdotes sea optativo y no obligatorio. Que las mujeres tengan mayor acceso a la liturgia, lo que a mediano plazo significa colocar en el centro del escenario eclesial la ordenación sacerdotal femenina. Y en general quieren una reflexión democrática, abierta, para lograr "una nueva reflexión sobre la fe y la sexualidad". Es una revolución en una Iglesia en seria crisis, con un Papa que se niega a las aperturas y un Vaticano que no quiere debatir estas cuestiones incandescentes.

Los episcopales austríacos tienen urgencia en promover las reformas porque su misma iglesia está atravesada por una prolongada y profunda crisis que la deteriora seriamente. El 68% de los habitantes se reconoce católico pero miles y miles están abandonando todos los meses la casa madre. En Austria hay un registro oficial de confesiones que permite recaudar impuestos y el 85% de los ingresos de la Iglesia católica proviene de esa fuente.

"En la Iglesia es justo que se discuta", afirmó el cardenal Cristoph Schoenborn, 65, arzobispo de Viena y gran animador de las reformas. Schoenborn acaba de protagonizar un hecho sin precedentes en los tiempos modernos dentro de la Iglesia. Acusó al ex secretario de Estado y actual Decano del Sacro Colegio de cardenales, Angelo Sodano, de haber protegido mientras pudo al ex arzobispo ultraconservador de Viena, Hans Hermann Groer, quien debió renunciar en 1995 por los abusos sexuales que había cometido tras haber acusado a quienes lo denunciaban de organizar "una campaña difamatoria contra el clero".

La decisión de la polémica pública causó conmoción en la Iglesia. "Estoy contento de pertenecer a una Iglesia que permite el diálogo democrático. No hace falta que coincidamos todo, lo importante es hablar abiertamente de estos temas", dijo Schoenborn.

Las posiciones de los obispos austríacos inevitablemente se contagiarán al resto de las conferencias episcopales. El obispo de Carinzia, monseñor Alois Schwarz, dijo que "queremos hablar de los católicos divorciados y del celibato y decimos a Roma que estos temas están sobre la mesa".

Aunque en el encuentro de Mariazell no se citó expresamente los escándalos por los abusos sexuales por parte de curas pedófilos, las reformas de la Iglesia que auspician los obispos explican que Schoenborn recuerde "experiencias muy dolorosas y oprimentes". Schoenborn ha organizado misas en las que las víctimas de los curas pervertidos contaron sus tragedias ante la asamblea de fieles en encuentros de alta emotividad. Y en la memoria de todos está el caso del arzobispo de Viena, el cardenal Groer, un tradicionalista fustigador del erotismo de nuestra época, que resultó ser un viejo abusador sexual de seminaristas y chicas.

La Iglesia austríaca ha constituido una comisión para discutir la situación de los católicos vueltos a casar. El objetivo es hacer propuestas sobre su situación y llevarlas al Vaticano. También los temas de la sexualidad y el papel de la mujer están en el centro del debate interno, como resultado del encuentro entre los obispos y los consejos parroquiales. El cardenal Schoenborn dio ya una demostración de esta novedad al nombrar en marzo a una mujer, la ex gobernadora regional Waltraud Klasnic, como presidenta de la comisión investigadora de la que no participará ningún eclesiástico, para indagar a fondo en los casos de abusos sexuales de curas pedófilos.



Fuente: Clarín



" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

jueves, 13 de mayo de 2010

Los cómplices de Maciel

Lydia Cacho

Todo parece indicar que ahora que el Vaticano dio la venia papal, políticos, periodistas y poderosos empresarios que durante años pusieron en duda la verdad, o la callaron, se atreven a asegurar que el pederasta Marcial Maciel los engañó, que era un experto simulador. Le dieron el beneficio de la duda que les negaron a todas sus víctimas.

Después de estudiar durante años a las redes de poder que protegen la pornografía y la explotación sexual infantil, estoy segura de que Maciel no hubiese podido cometer semejantes delitos sin la silenciosa complicidad de los poderosos que tienen nombre y apellido. Las estructuras económicas que movilizó Maciel através de su imperio educativo de los Legionarios de Cristo, permitieron que desde 1997, año en que se expuso públicamente en México al sacerdote pederasta, se activaran las cadenas de favores que intentaron desacreditar a los valientes sobrevivientes del abuso. Asimismo presionaron para que periodistas como Ciro Gómez y Carmen Aristegui recibieran órdenes de callar a cambio de no perder su trabajo y credibilidad; les amenazaron si insistían en denostar a quien soñaba con ser canonizado. Vale recalcar que el Vaticano reaccionó finalmente no por sus actos pedófilos, largamente denunciados, sino hasta que se le descubrió un falso matrimonio.

Las y los exalumnos de los Legionarios que desde sus empresas boicotearon la información a pedido expreso del violador de infantes, son sus cómplices. El CISEN que tuvo en sus manos cuatro informes con fotografías y grabaciones de las perversiones de cura, es cómplice. Ni Ernesto Zedillo, ni Fox, ni Calderón tuvieron las agallas para enfrentar jurídicamente al poder de las élites religiosas que protegen la explotación sexual infantil y al igual que los ex procuradores son encubridores en diferentes grados.

Todos estos personajes públicos y privados conforman una red concreta que avala el delito y concita a la ilegalidad de las élites. El caso Maciel demuestra que son ellos, los dueños del patriarcado económico, empresarial, eclesiástico y político quienes desde la cúspide de la pirámide impiden la reconstrucción del sistema de justicia mexicano, son ellos quienes con diferentes matices fortalecen la cultura de la pederastia bajo un doble discurso.

Mientras tanto, señalar con nombre y apellido a todos los responsables del ocultamiento de los crímenes contra la infancia resulta vital, porque con ello la sociedad unida y fuerte desgasta y perturba las estructuras productoras y multiplicadoras de la violencia. Sólo así todos los niños y niñas sabrán que el abuso sexual no es normal ni natural, ni aunque detrás de él estén los Legionarios de Cristo, el góber precioso o Jorge Erderly. Va esta columna en honor de los sobrevivientes de Maciel, que se negaron al silencio y jamás se dieron por vencidos, con ello quebrantaron la estructura y reescribieron la historia.











" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

miércoles, 12 de mayo de 2010

El control total de las conciencias

Eugenia Jiménez Cáliz
En más de mil artículos seguidos con fanatismo por los Legionarios de Cristo, se establece la inapelable obediencia a los superiores y el control estricto de su vida, pero también el de sus bienes, salario y propiedades.

2010-05-09
Milenio semanal
Ceremonia de consagración de cuatro señoritas en la Parroquia de Santa María de Caná en Madrid. Foto: Regnumchristi.com

Las revelaciones de la doble vida del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, abrió la caja de Pandora que obligó al Vaticano a buscar una redefinición de la congregación. Su encomienda no acaba allí: en los próximos meses, por disposición del papa Benedicto XVI, se revisará la normatividad del Regnum Christi, el movimiento de católicos creado por el michoacano para tener un control total de la conciencia de sus “soldados rasos” y un ingreso de miles y miles de dólares a cambio del camino a la perfección.
Como un pescador profesional, Marcial Maciel estableció normas de sumisión absoluta para “pescar a los hombres perfectos”, y en sus estatutos secretos con mil 57 artículos —una copia obra en manos de M Semanal—, estableció que sólo pueden ser dignos de integrarse al Regnum Christi aquéllos que no sean adictos al “alcohol” o a “la droga”, que no “padezcan graves desórdenes psíquicos o anomalías en la conducta sexual”, que “estén libres de ambiciones terrenas y no participen en actos públicos o civiles, políticos o sindicales, sólo en sociedades privadas, con plena responsabilidad jurídica y civil”.

La horrible verdad detrás de La Compañía

2010-05-09
Milenio semanal

Discurso de José Barba Martín, el nueve de octubre de 2002, en el Palais Wilson de Ginebra, Suiza, durante la sesión de los Derechos Humanos de los Niños y Jóvenes de las Naciones Unidas. El autor señala que, cuando menos por la presión internacional, al día de hoy el Vaticano y las Iglesias locales han modificado de alguna manera sus actitudes descritas en este discurso.








José Barba Martín. Foto: René Soto



Señoras y Señores de este Comité de Derechos Humanos de los Niños y de los Jóvenes:



Estoy aquí para rendir un testimonio y para someter abiertamente a su consideración una queja muy seria contra ciertos representantes vaticanos de la Iglesia Católica. Hace muchos años, cuando yo era un joven estudiante en Roma, mi acción de ahora me habría parecido inimaginable y casi sacrílega.



Mi nombre es José Barba Martín. Soy mexicano y, a una edad muy temprana, caí bajo la influencia de la institución religiosa hoy conocida como “Legión de Cristo”, la cual ha tenido sus oficinas centrales en Roma, a una corta distancia del Vaticano, desde 1950. La congregación se ha asentado en muchos otros países; ostenta considerable poder económico y prestigio social, y su fundador y director general, el sacerdote mexicano Marcial Maciel, a pesar de acusaciones extremadamente graves en su contra, es considerado como socio y amigo muy cercano de su Santidad Juan Pablo II.



En 1954 fui a Roma por primera vez. Casi al principio de mi vida, en el Collegio Massimo de la Legión de Cristo en Via Aurelia 677, de manera desafortunada aunque similar a la de muchos otros de mis compañeros de estudio, me convertí en objeto de abuso sexual del mencionado Padre Marcial Maciel. Dado el sigilo prevalente en nuestra comunidad religiosa y bajo el peso de un sistema opresivo de control mental, luego de años de adoctrinamiento espiritual y psicológico, lejos de mi país y de mi familia, aislado y sin contacto con el mundo inmediato, y engañado por nuestro superior general bajo el pretexto de sufrir él una enfermedad urogenital y de tener por ello dispensa del Papa Pío XII para aliviar sus dolores sexuales, muchos de nosotros, inocentes extranjeros y adolescentes jóvenes, fuimos repetidamente victimados por el Padre Maciel.

Como cada individuo se hallaba confundido, con sentimientos extraños de culpa personal, pensando que su caso había sido el único, muchos de nosotros permanecimos en silencio por décadas. De hecho, a mediados de noviembre de 1956 y de nuevo en febrero de 1957, nosotros, como miembros de la Legión de Cristo, fuimos interrogados por los dos más altos representantes de la Orden Carmelitana, bajo las órdenes directas de su eminencia el Cardenal Valerio Valeri, en ese tiempo Prefecto de la Sagrada Congregación para las Órdenes Religiosas. Antes de la llegada de los visitadores, nuestros superiores legionarios con gran sutileza nos insinuaron que los Visitadores Apostólicos albergaban malas intenciones contra la Legión de Cristo. Así, a pesar de estar bajo juramento especial y con la mano diestra sobre el Crucifijo, nos inhibió el miedo, nos cegó el adoctrinamiento y, por ello, mentimos ante los enviados papales, frustrando así la investigación.

Años después, cuando nos recuperamos psicológicamente y pudimos desechar nuestra aún firme dependencia del control de los superiores legionarios, una incipiente comunicación entre antiguos miembros de la Legión de Cristo nos reveló que el número de víctimas de abuso sexual por parte del Padre Marcial Maciel era muy grande y espiritualmente devastador. Debo decir que es imposible que los extensos abusos sexuales del Padre Maciel pudieran haber sucedido sin el encubrimiento y sin la colaboración de, al menos, algunos de sus más cercanos en la institución.


 

No estoy aquí movido o motivado por la ola de acusaciones contra sacerdotes pedófilos o efebófilos en los Estados Unidos que algunos irresponsables citan como asunto de moda. De nuestra propia voluntad denunciamos esto con ayuda de los medios desde 1997, gracias particularmente a la ayuda de dos ejemplares y dedicados periodistas estadunidenses, Jason Berry y Gerald Renner. Salvador Guerrero y Ciro Gómez-Leyva, en México, nos abrirían más espacios después. Por esas revelaciones algunos miembros de la jerarquía católica mexicana nos atacarían agresivamente sin siquiera escucharnos de primera mano.




Marcial Maciel con el papa Juan Pablo II en su primera visita a México Foto: Regnumchristi.com



Así, gradualmente y por décadas —una vez que nos dimos cuenta de la enorme extensión y gravedad de este caso injusto e inmoral— algunos entre nuestro grupo de víctimas, en secreto y con discreción hemos estado informando del caso a miembros prominentes de la jerarquía católica. La respuesta que recibimos de ellos casi siempre ha sido la misma: “Dejen todo al juicio de Dios”.



Un ex sacerdote, antes director territorial de la Legión de Cristo en Estados Unidos y ahora profesor de psicología en el Mercy College de la ciudad de Nueva York, el profesor Juan José Vaca, fue —hasta donde ahora sabemos— el primero en confrontar al Padre Maciel. Primero por medio de una fuerte carta acusatoria de octubre de 1976, seguida de una segunda carta, pero dirigida al Papa, en 1983: Esto con la asistencia de monseñor McGann, obispo de Rockville, Nueva York. El testimonio del profesor Vaca fue corroborado por el padre Félix Alarcón, un sacerdote en activo y de buena reputación de la diócesis de Naples, Florida.



Luego de un programa televisado en la Ciudad de México, el 12 de mayo de 1997, fuimos acusados por el Padre Marcial Maciel y por voceros de la Legión de Cristo de maquinar una conspiración. El 17 de octubre de 1998 el doctor Arturo Jurado, ex legionario que está aquí hoy entre nosotros, y yo, como representantes legales de los quejosos ante el Vaticano, acompañados por el padre Antonio Roqueñí, juez eclesiástico, y de nuestra abogada canonista, la doctora Martha Wegan, presentamos el caso ante el padre Gianfranco Girotti, subsecretario del cardenal Josef Ratzinger, prefecto para la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Nuestras acusaciones contra el Padre Marcial Maciel no estaban sujetas a prescripción legal según el Derecho Canónico.



Nunca recibimos acuse de recibo del envío del kilo y medio de testimonios firmados y notariados alusivos al caso. Nunca nos dieron audiencia para descargo de pruebas. Nadie con autoridad fue enviado a escuchar nuestras quejas. Diez meses después de la presentación oficial en latín de nuestra queja, en febrero de 1999, y sólo ante una intensa insistencia ante nuestra abogada, recibimos una carta de ella, fechada del 24 de diciembre de 1999. Simplemente decía, de parte del subsecretario del Cardenal Josef Ratzinger, que pro nunc (en latín, “por ahora”) nuestro caso estaba detenido. Sin más explicaciones. Los medios internacionales comentarían después sobre la que consideraban actitud encubridora del cardenal Josef Ratzinger a los crímenes del Padre Maciel, y sobre su dura respuesta a Brian Ross, como se vio en el programa de ABC, 20/20, de Barbara Walters, de mayo de este año.





Foto: Cathal Mcnaughton / Reuters



Tristemente constatamos: que los representantes de la Iglesia firman muchos acuerdos sobre la defensa de los Derechos Humanos aquí y allá por el mundo. Sin embargo, cuando se trata de investigar la verdad, de aplicar imparcialmente la justicia y de demostrar preocupación real y creíble por las víctimas de abuso de varios tipos, particularmente por miembros prominentes del clero, la Iglesia prefiere fingir ceguera, ejercer demoras sin explicación, mantener el silencio, y sólo pedir perdón de sus actos o errores que sucedieron hace siglos contra gente hace mucho desaparecida, para distraer la atención de sus problemas actuales. Además, señala y castiga a los buenos sacerdotes que luchan en favor de la verdad y por la justicia para las víctimas. El cardenal Norberto Rivera, arzobispo de la Ciudad de México, ha despedido y aislado al padre Antonio Roqueñí, doctor en derecho canónico y juez eclesiástico, por habernos acompañado al Vaticano en 1998. El padre Alberto Athié, sacerdote mexicano muy prestigioso, secretario que fue del Episcopado mexicano y de la Conferencia Nacional para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, también fue penalizado por avalar el testimonio de varios de nuestros compañeros.



El cinco de diciembre de 1994 la Legión de Cristo publicó una carta del Papa en siete de los diarios más importantes de México. En ella el Papa loaba a Marcial Maciel como “modelo para la juventud según las enseñanzas de Cristo...”. En respuesta, ocho de nosotros, antiguas víctimas del Padre Maciel, publicamos una carta abierta a Su Santidad y la entregamos, debidamente firmada, al nuncio papal en México. Jamás tuvimos respuesta. Previamente, en febrero de 1995, habíamos enviado otra carta a su eminencia el cardenal Cahil Daly, primado de Irlanda. Luego de la investigación de un periodista, este eclesiástico afirmó haberla recibido. No obtuvimos respuesta. Pero su eminencia había dicho ante la TV de la BBC de Londres, el primero de enero del mismo año, que jamás toleraría a sacerdotes abusadores sexuales en su jurisdicción. Así, la Iglesia ha llenado al mundo de declaraciones: desde junio de 1993 el arzobispo William Keeler, presidente de la Conferencia Nacional de Obispos Católicos, declaró que el Papa “ha tomado a pecho nuestra preocupación por las víctimas de los abusos de sacerdotes...”, etcétera. Y añadió: “usaremos los medios a nuestro alcance para revertir estos escándalos...” (Davis Briggs, “Pope seeks committee on Sex abuse problem”, The Monterey Herald (California), 19.06.1993). Ya desde diciembre de 1975, el cardenal Franjo Séper y monseñor Jerome Hammer, obispo de Lorium, en ese tiempo prefecto y secretario, respectivamente, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, firmaron una “Declaración sobre ciertas cuestiones de ética sexual”, la cual concluye diciendo que los “niños y adolescentes tienen el derecho de ser estimulados para apreciar los valores morales con una conciencia recta y para adherirse a ellos (...). E insistentemente rogamos a los hombres que ocupan puestos de gobierno en el mundo o que dirigen la educación del pueblo para que velen por que la juventud nunca sea privada de ese derecho sagrado”.



El Papa mismo, en su carta encíclica Veritatis splendor del seis de agosto de 1993, nos recuerda que “Los preceptos negativos de la ley Natural tienen validez universal; que obligan a todos y a cada uno siempre y en toda circunstancia. Es un asunto, sin duda, de mandato divino que prohíbe ciertas acciones “semper et pro semper” (siempre y sin excepción) (...) Violar estos preceptos vinculantes para todos y para cada uno está prohibido siempre, sin importar qué tan difícil pueda ser esta práctica: no ofender a nadie y, sobre todo, no manchar en lo propio la dignidad personal que nos es común a todos”. Y continúa: “Para que el esplendor de la verdad moral no sea obscurecido por el comportamiento y la mentalidad de la gente (...) de tal manera que no sólo en la sociedad civil sino en la comunidad de la Iglesia no haya daño de caer en la peor crisis que afecta al hombre: la confusión del bien con el mal, lo que vuelve imposible construir y salvaguardar el orden moral entre individuos y comunidades”.



Después de esto, el mundo ha sido testigo de las revelaciones hechas por los medios de comunicación, a pesar de la obvia resistencia y de las tácticas de encubrimiento de la mayoría de los altos jerarcas eclesiásticos involucrados en los escándalos de abuso sexual de religiosas en África, de menores en Australia, en Estados Unidos y en México por parte de miembros del clero.



Con pesar debo añadir que el caso del Padre Marcial Maciel no ha sido sólo un asunto de abuso de menores, sino (y tenemos abundantes testimonios) también del mal ejemplo de una prolongada adicción a la morfina, conocida en él por muchos de nosotros, y de un vicio irredento de mentir siempre. Es un poderoso maestro del engaño.



Mis antiguos compañeros y yo reclamamos como pertinente y cotejable aquí, de cierto modo, la actitud de Sócrates: “Porque, si es verdad que yo (...) he corrompido a la juventud, que yo he corrompido a algunos, entonces quienes ya han crecido y han concluido que les di malos ejemplos o malos consejos cuando eran jóvenes, tienen el derecho de dar un paso adelante y señalarme...” (Apología, según Platón).




El arzobispo William Keeler. Foto: Archivo



Lamento que tantas esperanzas y límpidos recuerdos nuestros se hayan quebrantado cuando descubrimos la doble vida del padre Maciel y su personalidad real. Si él fuera lo que en el inicio creímos de él, entonces le habríamos sido fieles en beneficio de muchas almas. Lo que yo lamento más personalmente es que él, líder a quien yo me había confiado como guía de mi crecimiento espiritual y de mi salvación, ha sido quien más ha dañado mi fe en la Iglesia.



Pero la milenaria dual naturaleza de la Iglesia Católica, que se mezcla con la Humanidad como encarnación de la salvación religiosa al mismo tiempo que se encierra selectivamente, cuando le es conveniente, en la ciudadela de su soberanía como Ciudad-Estado, le permite convertir, a su discreción, el “crimen” en “pecado”. Con este simple acto de transubstanciación conceptual, le quita a la gente su capacidad y derecho de buscar la justicia en su propio seno, a pesar de las muy aclamadas y predicadas virtudes del Derecho Canónico. Y, por esta transubstanciación, la Iglesia obtiene un enorme poder frente al hombre y la mujer comunes; y nosotros, ciudadanos de cualquier país al que pertenezcamos, quedamos disminuidos y salimos perdiendo proporcionalmente, pero ineludible e irremediablemente en nuestra vida.



Así, creyendo en los valores eternos de la Iglesia y a pesar de las repetidas proclamas de su Defensa de los Derechos Humanos, nosotros como católicos llegamos al siglo XXI aún bajo un sistema de Derecho Canónico desventajoso que en muchos aspectos vitales nos hace permanecer en el Medioevo. O ¿debemos adscribir la culpa no a su sistema legal sino a su injusto sentido de la discrecionalidad en la aplicación de sus leyes? ¿No niega y atenta contra la verdadera naturaleza de la Ley esta ruptura de la aplicación justa, universal e imparcial de la misma? Los gobiernos del mundo deberían revisar sus concordatos y acuerdos firmados supuestamente con la aquiescencia de la Iglesia mientras ésta rehúya confrontar los casos de impunidad criminal entre sus propias filas e instituciones.



Si ustedes, damas y caballeros, miembros del Comité de las Naciones Unidas de los Derechos Humanos de la Infancia y Juventud, investigaran tenaz y objetivamente, encontrarían lo siguiente: que el caso del Padre Marcial Maciel frente al Papa y la Santa Sede constituye una piedra de toque de la credibilidad en la buena fe de la Iglesia en temas relacionados con los problemas pandémicos del abuso sexual en sus rangos e instituciones.



Si ustedes, señoras y señores de este Comité, personas capaces y responsables, ahondaran más allá de las imágenes aparentemente carismáticas del Padre Marcial Maciel y de la Legión de Cristo, encontrarían, como en la novela de John Grisham titulada La empresa, que “la compañía, detrás de su cautivadora fachada, escondía una verdad horrenda”.



Gracias por su atención.

 

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

Benedicto XVI, los legionarios, su prueba de fuego

Bernardo Barranco V.

El futuro inmediato de la Legión de Cristo se antoja incierto. Según el comunicado del Vaticano publicado el 1º de mayo, el papa Benedicto XVI va tomar el control de la orden y a través de un delegado operará una profunda revisión”, redefinirá el carisma, modificará los estatutos y constituciones internas de la orden; transformará el ejercicio de autoridad y, por si fuera poco, le espera un proceso de purificación. Esto se llama cirugía mayor, refundación o redefinición de la congregación. Técnicamente, la legión creada como tal por Marcial Maciel, está a punto de dejar de existir. La transición será difícil, delicada y no exenta de conflictos; supone, en primer lugar, la remoción de los actuales líderes, quienes, en una supuesta nota “interna y reservada”, han querido exculparse de cualquier responsabilidad de los inmorales actos de su fundador, guía y maestro. Las medidas del Papa ante los escándalos mundiales de pedofilia crean resistencias y tensiones internas en una atmósfera crispada. Así debemos leer la postura del Papa en su viaje a Portugal, al declarar desde el avión que “ahora lo vemos de una manera realmente aterradora: la mayor persecución a la Iglesia no viene de los enemigos de fuera, sino que nace del pecado de la Iglesia. Y la Iglesia tiene, por tanto, profunda necesidad de reaprender la penitencia, aceptar la purificación, aprender el perdón pero también la necesidad de (ofrecer) justicia. El perdón no sustituye a la justicia”.

LA IGLESIA "HIPERSACRAMENTALIZADA"

TEOLOGÍA SIN CENSURA
Por José María Castillo

En la Iglesia, la "religión" le ha ganado la partida a la "misericordia", a la "profecía", a la "ética". Nuestra Iglesia padece de "hiper-religiosidad". Lo que, en concreto, quiere decir que padece de "hipersacramentalidad". Explico esto.
El prefijo griego hiper significa "exceso". Los ejemplos que pone el Diccionario de RAE son muy claros: HIPERtensión, HIPERmercado, HIPERclorhidria, términos que indican "superación ", "demasía" o "exceso". Pues bien, esto es lo que le pasa a la Iglesia y a casi todos los que seguimos en ella. ¿A qué va la gente a una iglesia? A misa, a un funeral, a una boda, a un bautizo, quizá a confesarse. ¿A rezar? Algunas personas mayores van también a eso. A no ser que se trate de una iglesia-monumento, como ocurre en no pocas catedrales. Pero en este caso, con frecuencia, hay que pagar para entrar, como se paga la entrada a un museo, a una exposición o cosas así. Antiguamente, cuando no había tele ni otras formas de distraerse, iba mucha gente a los sermones. Ahora, eso es más raro.
Pero, volviendo a los sacramentos, si se piensa despacio, lo que uno ve en las parroquias, es que la gran mayoría de la gente acude a ellas porque allí es donde se administran los sacramentos: bodas, bautizos, comuniones. También va mucha gente a los entierros, que en definitiva son una misa, "misa de difuntos". Y los domingos y "días de precepto", los que siguen fieles a eso, van a alguna iglesia a "cumplir con el precepto". Por supuesto, en las parroquias se organizan reuniones: de catequesis, de Cáritas, de tal cofradía... Pero también es cierto que muchas de esas reuniones giran en torno a los sacramentos: reuniones de preparación al bautismo, a la confirmación, al matrimonio... No es ningún disparate decir que, si en una parroquia se suprimieran los sacramentos, ¿no sería eso algo así como dejar al párroco y su parroquia en el paro? ¿No se quedaría aquello en una especie de vacío, sin saber qué hacer, ni el cura ni los feligreses?
La cosa está clara: la Iglesia se ha organizado de forma que se ha convertido en un HIPER de religiosidad sacramental. Y lo más notable es que todo esto se ha organizado así con el convencimiento de que así es como tiene que funcionar la Iglesia. Sin pararse a pensar en serio que Jesús no se dedicó a todo este montaje sacramental en el que la Iglesia ha puesto sus cinco sentidos. Y lo ha hecho así, basándose en una teología, que se da por segura y por indiscutible, cuando en realidad es sumamente discutible, como explicaré en días sucesivos.
De momento, sólo quiero fijarme en un punto, que me parece capital. Me refiero a que la práctica de los sacramentos, tal como está organizada, es UN INSTRUMENTO DE CONTROL Y DE PODER, que resulta sumamente eficaz para que el clero pueda imponerse y dominar a los laicos. No discuto ahora el valor sobrenatural de los sacramentos. Lo que digo es que los sacramentos están legislados y controlados (por la autoridad jerárquica) de forma que practicar los sacramentos equivale a someterse al clero. Porque es el clero el que los administra. Y los administra de manera que el cura puede negar el bautizo, la boda, la comunión... a quien considere (según las normas establecidas e interpretadas por el cura de turno) que no es digno, por ejemplo, de comulgar o de recibir la absolución de los pecados en un confesionario.
Este asunto es muy serio. Y en Roma lo toman así, muy en serio. La Curia Vaticana controla severamente a cada obispo para que en su diócesis se administren los sacramentos ajustándose escrupulosamente al ritual y a las normas. Cada obispo se preocupa de que cada cura sea obediente a lo prescrito en esta materia. Y cada sacerdote tiene sumo cuidado para que nadie le pueda llamar la atención en el sentido de que no dice la misa como hay que decirla o que hace cosas que se salen de las normas.
La consecuencia es que quien quiere seguir siendo católico, no tiene otra salida que aceptar este sistema, someterse a él sin protestar, y, para casos "especiales", buscarse un cura amigo, a ver si se atreve a que le den la comunión a un amigo homosexual, a un divorciado, a..., ¡cualquiera sabe!
En todo caso, es evidente que el control de la Iglesia en cuanto se refiere a los ritos sacramentales es mucho más riguroso que en cuanto afecta a la vida que llevan los curas, los frailes, las monjas; en tema de dinero, de ambiciones de poder y de trepar, etc, etc. ¡Qué pena da esta Iglesia! Con tanto HIPERsacramentalismo le va bien. Porque así tiene poder, conserva el poco poder que le queda. Y, de camino, gana dinero. Porque es un hecho que vivir como vivió Jesús, eso lo único que acarrea son problemas. Problemas con las autoridades, problemas con la gente de dinero, con mucha gente de derechas y con algunos de izquierdas también. Por eso, lo más seguro y lo más rentable es seguir con lo que estamos y como estamos. A ver lo que esto dura... ¿Hasta cuándo? Seguiremos con el tema. Porque aquí queda mucha tela que cortar.






" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

martes, 4 de mayo de 2010

Los jesuitas piden la cabeza de Sodano

La base de la Iglesia no soporta más la gerontocracia de la curia vaticana. Y empieza a pedir cabezas con nombres y apellidos. "Hay un cardenal cuya cabeza debería rodar: Angelo Sodano. Su dimisión sería el mejor modo de repudiar la sórdida forma en que el padre Marcial Maciel fue protegido durante tantos años en Roma". Eso ha escrito Austen Ivereigh, corresponsal en Europa de la revista de los jesuitas estadounidenses, América, al comentar la investigación del National Catholic Reporter (NCR) que ha contado al mundo las oblicuas relaciones económicas de Maciel con el ex secretario de Estado vaticano.
"Al leer sobre los poderosos lazos de dinero y familia entre los dos hombres -un sobrino de Sodano fue elegido por Maciel como asesor para levantar la universidad de la Legión en Roma- es ahroa más fácil entender qué tipo de batalla debió combatir el entonces cardenal Ratzinger para obligar a Maciel a dimitir en 2004", escribe Ivereigh. Era un año antes de la muerte de Karol Wojtyla, y estaba ya este muy enfermo, cuando el entonces prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe forzó que el mexicano dejara su puesto al frente de la Legión. Dos años más tarde, siendo ya Papa, le suspendió a divinis por haber abusado durante décadas de seminaristas, obligándolo a renunciar al ministerio público y a no comparecer más, aunque no le procesó por "su avanzada edad".
En 2008, muerto ya Maciel, el Papa suprimió el llamado "cuarto voto" de los Legionarios, que era secreto y obligaba a sus sacerdotes, bajo pena de excomunión, a no criticar, no denunciar a sus superiores, ni a aspirar a cargos. En marzo de 2009, Ratzinger decidió abrir una investigación oficial.
Los cinco inspectores que han trabajado desde el 15 de julio pasado hasta el 16 de marzo de este año en la Legión son Ricardo Watty, obispo de Tepic (México); Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid; Ricardo Ezzati, de Concepción (Chile); Charles J. Chaput, de Denver (EE UU), y Giuseppe Versaldi, de Alessandria (Italia). Su tarea ha consistido en determinar el estado moral y psicológico de los legionarios tras la revelación de los escándalos, y en analizar el sistema formativo y el estado financiero del movimiento, conocido como los Millonarios de Cristo, no solo por los generosos sobres con que Maciel conquistaba la protección de la Curia, sino por el patrimonio amasado por la Legión, que el NCR cifra en 25.000 millones de euros. El actual líder de los Legionarios, el vicario general Luis Garza Medina, ha afirmado estos días que esas cifras le dan "ganas de reír". "Hacemos una labor apostólica y no tenemos ganancias", ha dicho.



" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

Roberto Blancarte y Bernardo Barranco

Roberto Blancarte y Bernardo Barranco

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"Samuel Ruiz

José Barba en la Primera Emisión

José Barba en la Primera Emisión

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"Samuel Ruiz

Juan Sandoval Íñiguez en la Primera Emisión

Juan Sandoval Íñiguez en la Primera Emisión

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"Samuel Ruiz

sábado, 1 de mayo de 2010

Benedicto XVI: Legionarios de Cristo requieren 'purificación'

En ese sentido, decidió nombrar a un delegado para controlar directamente a los Legionarios de Cristo y una comisión para que revise sus documentos constitutivos, informó el Vaticano tras conocer el informe sobre los abusos sexuales de Marcial Maciel.

Afp

Publicado: 01/05/2010 09:04
Roma. El papa Benedicto XVI consideró que los Legionarios de Cristo requieren transitar un "camino de purificación" y decidió nombrar a un delegado para controlar directamente a la congregación y una comisión que revise sus documentos constitutivos, señaló hoy el Vaticano al dar a conocer los resultados de una investigación que confirman los abusos de Marcial Maciel.
La Iglesia tiene "la firme voluntad de acompañar y ayudar" a la congregación "en el camino de la purificación que la espera" y Benedicto XVI "indicará próximamente las modalidades de ese acompañamiento, empezando por el nombramiento de un delegado", indicó el Vaticano en un comunicado difundido el sábado.
El anuncio es consecutivo a las entrevistas que el Papa mantuvo el viernes y el sábado en el Vaticano con los cinco obispos que realizaron una misión de inspección en la congregación, cuyo fundador es acusado de abusos sexuales de sus presuntos hijos y ocho ex seminaristas.
Marcial Maciel tuvo un "comportamiento objetivamente inmoral". Testimonios "incontrovertibles" confirman que incurrió en "verdaderos delitos" y llevó "una vida sin escrúpulos ni auténtico sentimiento religioso", dice el comunicado.
Maciel, que hasta su muerte dirigió con mano de hierro a los Legionarios de Cristo, congregación fundada en 1941 en México, era padre de una niña, hija de una relación secreta, cuya existencia fue reconocida en 2009.
En mayo del 2006, Benedicto XVI había obligado a Marcial Maciel a "renunciar a cualquier ministerio público" y a "a retirase en la oración y la penitencia".
La organización está presente en 22 países, particularmente en México y España, y reivindica 800 sacerdotes, 2 mil 500 seminaristas y 70 mil miembros laicos.
Además administra 12 universidades.

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente" Samuel Ruiz

martes, 20 de abril de 2010

CARTA ABIERTA A LOS OBISPOS CATÓLICOS DE TODO EL MUNDO

HANS KÜNG


Estimados obispos,



Joseph Ratzinger, ahora Benedicto XVI, y yo fuimos entre 1962-1965 los dos teólogos más jóvenes del concilio. Ahora, ambos somos los más ancianos y los únicos que siguen plenamente en activo. Yo siempre he entendido también mi labor teológica como un servicio a la Iglesia. Por eso, preocupado por esta nuestra Iglesia, sumida en la crisis de confianza más profunda desde la Reforma, os dirijo una carta abierta en el quinto aniversario del acceso al pontificado de Benedicto XVI. No tengo otra posibilidad de llegar a vosotros.

Aprecié mucho que el papa Benedicto, al poco de su elección, me invitara a mí, su crítico, a una conversación de cuatro horas, que discurrió amistosamente. En aquel momento, eso me hizo concebir la esperanza de que Joseph Ratzinger, mi antiguo colega en la Universidad de Tubinga, encontrara a pesar de todo el camino hacia una mayor renovación de la Iglesia y el entendimiento ecuménico en el espíritu del Concilio Vaticano II.

Mis esperanzas, y las de tantos católicos y católicas comprometidos, desgraciadamente no se han cumplido, cosa que he hecho saber al papa Benedicto de diversas formas en nuestra correspondencia. Sin duda, ha cumplido concienzudamente sus cotidianas obligaciones papales y nos ha obsequiado con tres útiles encíclicas sobre la fe, la esperanza y el amor. Pero en lo tocante a los grandes desafíos de nuestro tiempo, su pontificado se presenta cada vez más como el de las oportunidades desperdiciadas, no como el de las ocasiones aprovechadas:

martes, 30 de marzo de 2010

SEMANA SANTA

SEMANA SANTA 2010

Publicado por Jose Maria Castillo

Todos los años, cuando llega la semana santa, pero especialmente este año, los cristianos deberíamos recordar que el cristianismo nació a partir de un juicio o, para ser más exactos, nació de de varios juicios y sus consiguientes condenas, con la ejecución final del reo. Jesús, en efecto, fue denunciado a las autoridades civiles y religiosas. Por eso, según nos dicen los evangelios, Jesús tuvo que pasar por el juicio (informal) de Anás y luego de Caifás. A continuación vinieron los juicios civiles: Herodes, en primer lugar, y finalmente el juicio ante Pilatos. Aquella cadena de juicios, como todo juicio, fueron una vergüenza, una humillación, un descrédito. En el juicio ante Anás, le pegaron una bofetada sin que Jesús diera motivo para ello. En el juico ante Caifás, lo declararon blasfemo, que era seguramente lo peor que le podían decir a un judío. En el juicio ante Herodes, se vio despreciado y se rieron de él. Y en el definitivo juicio ante el procurador romano, Pilatos, fue insultado por los acusadores; fue excluido cuando se le comparó con el bandido Barrabás; fue torturado por los legionarios romanos; fue acusado de cosas muy graves que no había hecho. Y, después de todo eso, fue condenado y ejecutado.

viernes, 19 de marzo de 2010

LOS DESTINOS DEL CATOLICISMO ACTUAL

MIERCOLES 17 DE MARZO DEL 2010, LA JORNADA

Bernardo Barranco V.

Los numerosos escándalos de pederastia que acosan a la Iglesia católica en diferentes lugares del mundo, como Estados Unidos, Irlanda, Suiza, Holanda, México y Argentina, amenazan su autoridad institucional e incomodan sus inflexibles discursos sobre la moral, las buenas costumbres y el disciplinamiento que el católico debe guardar en materia sexual. El escándalo alemán amenaza no sólo al hermano del Papa, sino que está tocando, al parecer, al propio Benedicto XVI al haber sido permisivo, voluntaria o involuntariamente, en 1977 cuando era arzobispo de Munich. Tenemos en México el caso cercano de Marcial Maciel, cuya patología no sólo alcanza a la orden de los legionarios, sino que también contamina y empaña la imagen del conjunto de la Iglesia mexicana. Lamentablemente las respuestas eclesiásticas no son, socialmente, satisfactorias y pareciera que la Iglesia protege ante todo su casta religiosa; surge entonces el fantasma del naufragio como amenaza, se ensombrece la proclama de salvación que, de manera desafiante, Benedicto XVI extiende a la civilización actual tan globalizada como relativista.



Pareciera que los signos explícitos apuntan a que la Iglesia a escala mundial se ha alejado ya del espíritu del concilio, que en los años sesenta del siglo pasado reivindicaba aggiornare su diálogo con el mundo moderno y, por tanto, ha venido cancelando irremediablemente las rutas reformadoras en la Iglesia. Diferentes vaticanistas diagnostican “los síntomas de una Iglesia en fase de atrincheramiento dogmático, envenenada por su propio narcisismo eclesiocéntrico y temerosa de abrirse a la complejidad de la historia y de reconocer en ella valores espirituales” (Giancarlo Zízola, Vientos de restauración, 2007). Dicha prescripción sitúa un prejuicio cada vez más extendido de que Ratzinger padece un conservadurismo crónico e incurable. Sin embargo, ¿podemos afirmar que esta tendencia sólo se da en la Iglesia católica?, como respuesta a una modernidad globalizada que exalta la diversidad cultural y matiza, por tanto, los discursos y doctrinas totalizantes. Lo cierto es que resurge como fuerte tentación la reafirmación tradicionalista, es decir, una notoria inclinación por proclamar la identidad católica tradicional y, al mismo tiempo, exaltar esta identidad a nivel político en el ámbito público. Las posturas opuestas se podrían estar debatiendo el futuro cercano, entre un catolicismo relativista o light frente a un catolicismo talibán. Precisamente, el texto de Oliver Roy, La sainte ignorance. Le temps de la religion sans culture (Editions du Seuil, 2008) argumenta que no sólo los católicos pasan por una fase de tradicionalismo, a escala global, Roy destaca el crecimiento explosivo del pentecostalismo, el éxito del salafismo, Tablighi Jamaat y el neosufismo dentro del Islam; el retorno del movimiento Lubavich dentro del judaísmo, así como el surgimiento del Partido Bharatiya Janata en India, el budismo Theravada. En suma, diversas religiones proclaman su identidad tradicional en la esfera de lo público como una característica distintiva de la religión en el siglo XXI. Reconociendo diversidades y diferencias, Roy compara rasgos comunes en estas tendencias; sobresale el malestar y rechazo a la cultura contemporánea; el énfasis en la salvación personal e individualización de la fe, así como ardorosas actitudes antintelectuales.

viernes, 12 de marzo de 2010

LOS ULTIMOS FARISEOS

POR JOSÉ MARÍA CASTILLO

La religiosidad se puede vivir de dos maneras o según dos modelos: el modelo "profético" y el modelo "farisáico". Los profetas se fijan más en el comportamiento ético y al cambio social, mientras que los fariseos dan más importancia a la observancia de la ley y el cumplimiento de los ritos y ceremonias religiosas. Soy consciente de que, al decir esto, simplifico el contenido de ambos modelos. Pero, para lo que vamos a tratar aquí, me parece que con lo dicho es suficiente.

El hecho es que, en este momento, no es raro encontrar estos dos modelos de religiosidad: por una parte, los que ponen su relación con Dios sobre todo en la denuncia de la corrupción y en la exigencia de una conducta lo más ejemplar posible; por otra parte, los que están convencidos de que lo más importante es la obediencia a los obispos y al papa, la observancia de las normas, la celebración de ceremonias religiosas solemnes y según los rituales establecidos.

Penultimátum

Las virtudes de Maciel
De la jornada 12/3/2010

Sería la ermita más bella y visitada de México. Se levantaría en Cotija, Michoacán, y allí descansarían los restos del padre Marcial Maciel y los de su madre, Maura Degollado Guízar, sobrina de san Rafael Guízar y Valencia, el obispo de Jalapa elevado a los altares no hace mucho por incorruptible, y frustrado mentor del joven Marcial. Mamá Maurita era candidata a la beatificación, mientras su hijo a la canonización. Sobraban motivos, según los promotores de esa doble santificación.
No en vano, el 30 de noviembre de 2004 en solemne ceremonia, el papa Juan Pablo II expresaba su complacencia por encontrarse con los más distinguidos dirigentes de la Legión de Cristo en el mundo “en el clima de alegría y de agradecimiento al Señor por el sexagésimo aniversario de ordenación sacerdotal del fundador y superior general de vuestra joven y benemérita familia religiosa.
“Mi afectuoso saludo se dirige ante todo al querido padre Maciel, al que de buen grado acompaño con mis más cordiales deseos de un ministerio sacerdotal colmado de los dones del Espíritu Santo”. Agregó que “El feliz aniversario por el que os habéis reunido todos en torno a vuestro fundador, invita a recordar los dones que él ha recibido del Señor en estos 60 años de ministerio sacerdotal”.
Entonces el mundo ya sabía de los abusos del “pastor ejemplar”, que siguió camino a los altares. Aun así, en mayo de 2005, la dirigencia de los legionarios descalificaba a Jason Berry y Gerald Renner, autores del libro Votos de silencio (en el que acusan de abuso sexual a Maciel), pues “son dos escritores que han hecho caso omiso de la evidencia y de los hechos y han publicado acusaciones de abuso sexual probadamente falsas contra el padre Marcial Maciel”. Agregaban que éste “es inocente de todas las acusaciones hechas en su contra, como ha sido comprobado por el testimonio personal de todos los que han convivido y trabajado cerca de él durante décadas”.
Cuando Maciel murió, hace dos años, la Conferencia del Episcopado Mexicano, por medio de los obispos Carlos Aguiar Retes y José Leopoldo González, en nombre de los obispos de México expresaron su pésame “a todos los miembros de la congregación de los legionarios de Cristo y del movimiento Regnum Christi, por el sensible deceso de su amado padre y fundador y que hoy sufren a causa de su partida a la casa del Padre”. En nombre del gobierno de la República, la Secretaría de Gobernación también expresó su pesar.
Algunas palabras no conocen el reposo. Este es el caso de las usadas para elogiar durante décadas, y sin límites, a Marcial Maciel. Estas palabras ahora podrían servir para el epitafio de la buena fe de quienes las vertieron. Para nuestra próxima columna el proceso de beatificación de mamá Maurita.

" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"

Samuel Ruiz

lunes, 8 de marzo de 2010

Crece la discriminación a mujeres en la década

Por Lydia Cacho
Son 51% de la población, pero no cogobiernan con los hombres ni en la vida pública ni en la privada, mientras leyes como las que penalizan el aborto las llevan con más frecuencia a prisión
Los primeros 10 años del siglo han dejado pocos avances en materia de derechos de las mujeres e incluso los han vulnerado.

jueves, 25 de febrero de 2010

Pornografía veracruzana

23 Febrero, 2010 por ricardo

por Lydia Cacho

La historia del sacerdote veracruzano es bastante sencilla:
La policía cibernética recibe un tip sobre un servidor público federal que ve pornografía infantil en su oficina.
Le siguen la pista y encuentran a un grupo de usuarios. Entre ellos uno denominado Lobo Siberiano, circula una gran cantidad de fotografías de bebés y niñas de 6 de 8, 12 y 14 años siendo violadas.

El Juez autoriza intervencion cibernética en el marco de la ley y se encuentran los servidores, de los servidores de internet, encuentran direcciones de las antenas.



Una de las direcciones es la parroquia de Xalapa, Veracruz. La policía piensa: tal vez haya varias computadoras y alguien use una de ellas para cometer este delito”. Empiezan a investigar y resulta que hay una sóla computadora portátil a nombre del sacerdote de la parroquia. Necesitan pruebas, autorizados por un Juez se contactan con el párroco como si fueran usuarios pedófilos, para pedirle fotos pornográficas, éste envía unas infames imágenes de bebitas y niñas pequeñas en situaciones aberrantes. SE checa la hora en que el sacedote está utilizando su computadora, es la misma dirección IP. Varias veces se repite el ejercicio hasta encontrar evidencias precisas. La ciberpolicía descubre también que el sacerdote tiene dos viviendas: una de la diócesis y otra donde recibe mujeres casadas con las que tiene relaciones sexuales.Una doble vida muy precisa. Varias de sus amantes confiesan. La policía interviene el celular del sacerdote y encuentra mensajes SMS intercambiando citas e ideas para tener encuentros sexuales de todo tipo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

IDENTIFICAR LAS TENTACIONES

José Antonio Pagola
tomada de la cita: Lc 4, 1-13
Según los evangelios, las tentaciones experimentadas por Jesús no son propiamente de orden moral. Son planteamientos en los que se le proponen maneras falsas de entender y vivir su misión. Por eso, su reacción nos sirve de modelo para nuestro comportamiento moral, pero, sobre todo, nos alerta para no desviarnos de la misión que Jesús ha confiado a sus seguidores.
Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

¿NO NECESITAMOS PROFETAS?

Por José Antonio PAGOLA
«Un gran profeta ha surgido entre nosotros». Así gritaban en las aldeas de Galilea, sorprendidos por las palabras y los gestos de Jesús. Sin embargo, no es esto lo que sucede en Nazaret cuando se presenta ante sus vecinos como ungido como Profeta de los pobres.

Jesús observa primero su admiración y luego su rechazo. No se sorprende. Les recuerda un conocido refrán: «Os aseguro que ningún profeta es bien acogido en su tierra». Luego, cuando lo expulsan fuera del pueblo e intentan acabar con él, Jesús los abandona. El narrador dice que «se abrió paso entre ellos y se fue alejando». Nazaret se quedó sin el Profeta Jesús.

Jesús es y actúa como profeta. No es un sacerdote del templo ni un maestro de la ley. Su vida se enmarca en la tradición profética de Israel. A diferencia de los reyes y sacerdotes, el profeta no es nombrado ni ungido por nadie. Su autoridad proviene de Dios, empeñado en alentar y guiar con su Espíritu a su pueblo querido cuando los dirigentes políticos y religiosos no saben hacerlo. No es casual que los cristianos confiesen a Dios encarnado en un profeta.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Condena el Papa el “crimen atroz” de curas pederastas

Miércoles 17 de febrero de 2010, p. 39
Periodico: La jornada

 
Ciudad del Vaticano, 16 de febrero. El Papa condenó hoy la pederastia por ser un “crimen atroz“, un “pecado grave que ofende a Dios” y una “herida a la dignidad de la persona humana”, tras analizar la crisis que golpea a la Iglesia en Irlanda por abusos sexuales del clero.
En un largo boletín, el Vaticano ofreció detalles de una reunión extraordinaria que sostuvo Benedicto XVI este lunes 15 y martes 16 con obispos, para examinar el escándalo que ha embestido al catolicismo irlandés a causa de la comprobación de miles de casos de pederastia.
“Juntos (pontífice y prelados) examinaron las fallas de las autoridades de la Iglesia durante muchos años para actuar efectivamente ante los casos que involucraron abusos sexuales contra niños por algunos sacerdotes y religiosos”, se indica en el escrito.
“Todos los presentes –agrega– reconocieron que esta grave crisis ha conducido a una debilitación de la confianza en la autoridad de la Iglesia y ha dañado su testimonio del evangelio y su enseñanza moral.”
Según el escrito –publicado en inglés–, Joseph Ratzinger es consciente de que la “dolorosa situación actual no se resolverá con rapidez”, pero exigió a los obispos manejar los problemas con “determinación y resolución”, además de afrontar la crisis con “honestidad y valor”.
Por ello, el líder católico exigió a los clérigos irlandeses ponerse de acuerdo para identificar “pasos concretos” encaminados a la sanación de quienes han sido objeto de abusos, alentándolos a una renovación de fe en Cristo.

Debilitamiento de la fe
Además, estableció que la falta de respeto a las personas y el debilitamiento de la fe, situaciones que afectan en general a la Iglesia en Irlanda, han sido “factor significativo de contribución” al fenómeno del abuso sexual contra menores.
Insistió en la necesidad de una reflexión teológica más profunda sobre la cuestión; además de solicitar una mejora en la preparación humana, espiritual, académica y pastoral de los candidatos al sacerdocio, así como de aquellos ya ordenados.
La Iglesia en Irlanda vive uno de sus periodos más difíciles tras la publicación –en junio de 2009– del Informe Ryan, realizado por una comisión independiente que documentó miles de abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes y religiosos, en un lapso de 70 años.
A éste siguió el Reporte Murphy: 720 páginas de una investigación solicitada por el gobierno que, tras años de resistencia y silencio sobre el tema, sacó a la luz a 46 sacerdotes acusados de haber abusado sexualmente de unos 400 niños –entre 1975 y 2004– en Dublín.
A raíz de estos documentos, Benedicto XVI ha convocado a tres reuniones con obispos en un lapso de siete meses. Durante el encuentro, que culminó hoy, los jerarcas expresaron sus “observaciones y sugerencias”, de acuerdo con el comunicado del Vaticano.
“Hablaron francamente del dolor y la cólera, traición, escándalo y vergüenza expresados en numerosas ocasiones por quienes han sido sometidos a abusos. Existe un sentido similar de ultraje reflejado por el laicado, sacerdotes y religiosos”, indica el texto.
Asimismo, señala que reconocieron los “errores de juicio y omisiones” que provocaron la crisis, además de informar sobre una serie de medidas tomadas para asegurar la tranquilidad de los menores en todas las actividades eclesiásticas.
Se comprometieron también a cooperar con las autoridades civiles y con el Consejo Nacional para la Salvaguardia de los Niños en la Iglesia Católica de Irlanda, para garantizar una mejor aplicación de las normas y procedimientos en este campo.
Durante la reunión, los prelados leyeron un esbozo de una carta pastoral que el Papa dirigirá a los católicos irlandeses e hicieron comentarios que serán incluidos en el texto, el cual será publicado en el próximo periodo de Cuaresma.




" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"

Samuel Ruiz

miércoles, 3 de febrero de 2010

HENRI BOULAD, UN JESUITA EGIPCIO, LANZA UN SOS EN UNA CARTA AL PAPA

El jesuita egipcio más destacado en los ámbitos eclesial e intelectual, Henri Boulad, lanza un SOS para la Iglesia de hoy en una carta dirigida a Benedicto XVI. La misiva ha sido transmitida a través de la Nunciatura en El Cairo. El texto circula en medios eclesiales de todo el mundo.

Santo Padre:

Me atrevo a dirigirme directamente a Usted, pues mi corazón sangra al ver el abismo en el que se está precipitando nuestra Iglesia. Sabrá disculpar mi franqueza filial, inspirada a la vez por "la libertad de los hijos de Dios" a la que nos invita San Pablo, y por mi amor apasionado por la Iglesia.
Le agradeceré también sepa disculpar el tono alarmista de esta carta, pues creo que "son menos cinco" y que la situación no puede esperar más.

Permítame en primer lugar presentarme. Jesuita egipciolibanés de rito melquita, pronto cumpliré 78 años. Desde hace tres años soy rector del colegio de los jesuitas en El Cairo, tras haber desempeñado los siguientes cargos: superior de los jesuitas en Alejandría, superior regional de los jesuitas de Egipto, profesor de teología en El Cairo, director de Caritas-Egipto y vicepresidente de Caritas Internationalis para Oriente Medio y África del Norte.

lunes, 25 de enero de 2010

"AVATAR Y HAITI"

Seguramente ya la vieron, pero, el mensaje es para nosotros una vuelta a las cosas de la naturaleza. Que hemos hecho con ella y aun mas, cuales son las posibilidades de que ella este siempre de nuestro lado. avatar es un reclamo (con todo de lo que pueda ser espectacular) a nuestras conciencias y nuestro actuar hacia los seres humanos que habitanos este mundo maravilloso. Pero es aun mas un grito por una humanidad que se desvaneces entre el poder y la dominación. Todos a aydar a Haiti, pero, si estaba ahi desde siempre y ahora enfocamos toda la ayuda humanitaria hacia ese hermano pueblo sufriente.. Pero una pregunta ¿por que hasta ahora miramos al mas pequeño?...




" La paz es posible si tod@s asumimos las tareas responsablemente"

Samuel Ruiz